La Limpieza: una agradable rutina
Para comenzar a escribir un blog sobre belleza hay que empezar por el principio: la limpieza. Este es un mantra que debería quedarse grabado en nuestro subconsciente. Igual que nos cepillamos los dientes después de las comidas, debemos limpiarnos el rostro por la mañana al despertarnos y por la noche antes de acostarnos. Por la mañana para eliminar las partículas depositadas en nuestra piel mientras dormimos y por la noche para retirar las impurezas y la suciedad acumulada a lo largo del día.
Hay muchas personas que asocian la limpieza al maquillaje. Es cierto que es indispensable cuando una se maquilla. Pero la limpieza no sólo elimina los restos de maquillaje, también la suciedad del día, la contaminación, las impurezas, el sudor, las células muertas, el exceso de sebo -lo que evita molestos granitos- y, además hace que los activos de los tratamientos penetren mejor. En definitiva, la limpieza es fundamental para tener una piel sana.
No hay que olvidar que nuestro rostro está muy expuesto a todos los agentes externos, es además lo primero que mostramos. Está muy bien eso de que la belleza está en el interior, pero no hay que olvidar que el exterior es nuestro escaparate y que si este está empañado o sucio no vemos lo que hay al otro lado. Al igual que ocurre con los cristales y ventanas, el agua no elimina por si sola la grasa o la suciedad de nuestra piel. Es importante utilizar un limpiador adecuado a cada tipo de piel.
En el mercado hay una gran variedad de productos que podemos elegir según el tipo de piel y acorde a nuestros gustos. Hay personas -yo me cuento entre ellas- a las que les agrada lavarse con un gel o una espuma y por tanto utilizar agua; otras prefieren una leche o emulsión suave y retirarla con un algodón o un tissue; también hay las que se decantan por aguas micelares, tan en boga ahora. Podemos utilizar las manos o sumar algunos accesorios a nuestra limpieza.
También existen accesorios para aplicarlos. Cepillos faciales, dispositivos de limpieza con termoterapia, esponjas. Una opción genial y muy práctica son las esponjas Konjak de USU Cosmetics. Hay dos tipos: una con negra con ceniza activa de bambú, ideal para pieles grasas y propensas al acné y otra blanca enriquecida con colágeno para primeras líneas de expresión y falta de hidratación. En su estado normal son duras, pero cuando se mojan se vuelven suaves y esponjosas. Son fenomenales para aplicar los geles y espumas y se adaptan a la cuenca de la mano.
Diferentes pieles distintos limpiadores
Insisto en la importancia de elegir un limpiador adecuado para cada tipo de piel. No es lo mismo una piel una piel grasa con tendencia al acné, que una piel sensible con rosácea o una piel seca. Una piel grasa o con tendencia al acné usa activos con acción purificante o anti-imperfecciones. Avene y La Roche Posay disponen de geles hipoalergénicos en sintonía con este tipo de pieles que reducen además el exceso de sebo.
Las pieles sensibles son propensas a sufrir irritaciones por lo que deben usar productos más suaves que limpien y a la vez prevengan, calmen y descongestionen. Nuxe en su línea Very Rose tiene una espuma muy gustosa con un delicado aroma a rosa; mientras que Bioderma cuenta con un Agua Micelar AR para pieles con rosáceas (rojeces).
BIODERMA SEBIUM AGUA MICELAR 250 ML | BIODERMA HYDRABIO H2O AGUA MICELAR 100 ML | BIODERMA SENSIBIO AR AGUA MICELAR 250 ML |
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Las pieles secas suelen preferir leches limpiadoras con activos hidratantes para retirar suciedad, restos maquillaje e impurezas porque éstas producen una mayor sensación de confort y evitan la tirantez. Una buena opción es el Replenishing Cleanser de Skinceuticals, que limpia la piel en profundidad y retira con suavidad el maquillaje de larga duración a la vez que mantiene la hidratación.
Como veis disponéis de una gran variedad de productos para que la limpieza se convierta en una agradable rutina a realizar sin excusas a diario.
Meme del Río
Farmacéutica y Licenciada en Ciencias de la Información
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